El estilo ecléctico en diseño de viviendas, hoteles y restaurantes
La decoración ecléctica es una mezcla artificial de estilos sujeta a una idea común. Se basa en la elaborada selección de muebles y la combinación de piezas o técnicas extraídas de diferentes estilos. Aunque a primera vista puede parecer algo caótico, en realidad el estilo ecléctico tiene sus reglas y orden.
Aunque el eclecticismo en el diseño de interiores siempre ha existido como una consecuencia inevitable del diálogo entre diferentes culturas, se convirtió en el principio fundamental del arte a partir del segundo cuarto del siglo xix. La dominación de este estilo duró hasta la década de 1890, momento en fue reemplazado por el estilo modernista. Desde entonces, el eclecticismo ha estado de moda varias veces y luego se ha retirado a un segundo plano durante algún tiempo. Esta tendencia floreció en momentos en que un estilo ya se había consumido y otro no había aparecido todavía. Se puede decir que la actualidad, desde finales del siglo xx hasta principios del xxi, es también una época de eclecticismo en la que está a la moda todo aquello que te gusta o encaja funcionalmente.
A pesar de algunas contradicciones, el eclecticismo ha demostrado durante mucho tiempo su valía, su originalidad y el derecho que tiene a existir, y por ello se le define a menudo como el estilo principal de la era moderna del desarrollo no estilístico de la arquitectura.
El estilo de interior es el lenguaje del diseño, del proyecto y de la composición. Dado que es un proceso vivo, el estilo toma prestados diversos elementos formando una misteriosa simbiosis que se llama eclecticismo. El resultado de esta mezcla es el eclecticismo en el mejor de los casos, pero en manos poco hábiles resulta kitsch y de mal gusto. El límite entre lo kitsch y la decoración ecléctica es muy frágil y requiere habilidad para una conexión competente: conocimiento de la composición, así como de texturas y materiales, y un gusto delicado. La fusión de estos importantes parámetros es lo que forma un estilo. A diferencia del estilo de fusión, el eclecticismo se combina con las otras líneas del diseño, no se contradice entre sí. Esta regla también se aplica a nivel de materiales, colores y texturas para que se combinen de forma armoniosa.
El objetivo del eclecticismo es conseguir un ambiente con personalidad y una mezcla al límite, pues se considera un estilo con gran creatividad y expresividad. Como diseño de interiores, es adecuado para los amantes de la naturaleza y los viajes, ya que tiene la capacidad de ofrecer soluciones poco convencionales.
Su filosofía no es otra que la libertad de las ideas como punto de partida para llamar la atención, reflejando al mismo tiempo la personalidad y modo de vivir. Su única expectativa es crear un espacio realmente hermoso que exponga un ambiente exclusivo, personal y atemporal, capaz de mostrar un estilo propio, sin etiquetas.
Los espacios eclécticos no nos dejan indiferentes porque desprenden buenas vibraciones. Es uno de los estilos más personalizados que existen y, de hecho, es impresionante la capacidad artística que poseen muchos diseñadores de interiores a la hora de combinar colores, influencias, estilos y detalles en la decoración.
Como se puede observar, se trata de un estilo decorativo lleno de imaginación, en el que diseño y creación no están sujetos a norma alguna, sino que se manifiesta como una mezcla de estilos similares y no contradictorios (clasicismo y estilo imperio, barroco y estilo moderno, etc.). Se trata de una mezcla de comodidad y funcionalidad, expresada en una combinación de elementos modernos con otros de épocas pasadas. Asimismo, el estilo ecléctico se caracteriza por una variedad de telas, patrones y productos del arte.
Para un comienzo unificador solamente es necesario un esquema de color, textura o solución arquitectónica. Los profesionales no suelen usar más de tres estilos para crear un eclecticismo moderno en los interiores; si las líneas eclécticas son más, será fácil desembocar en un resultado caótico.
La belleza ecléctica está muy depurada donde se ha cuidado cada detalle. Cuando se planifica un espacio de este tipo, es fácil atascarse en detalles menores en los que el color, la textura y el adorno estén completamente desafinados. El estilo ecléctico es extremadamente utilitario, pues permite el uso eficiente de los objetos y el espacio. Sin embargo, la mezcla puede ser un experimento arriesgado donde los distintos elementos contrasten intencionalmente, como si chocaran entre sí.
El diseño de la casa ecléctica implica un trabajo verificado con dimensiones. Lo más importante es encontrar un equilibrio en la escala y la simetría. Para dar al espacio una profundidad interesante, hay que colocar objetos grandes en el fondo y otros más pequeños en la parte frontal. Las superficies del fondo (paredes, techo y suelo) no deben competir por la atención del espectador con los objetos. Por lo tanto, para la base resulta útil elegir tonos neutros y discretos (blanco, beis o gris) para evitar la anarquía de colores. El escandinavo, el minimalista y el neoclásico son los mejores escenarios para los acentos de color y una gran variedad de mobiliario y objetos.
Cuando planifique la ubicación de los elementos, recuerde que, aunque el estilo ecléctico realmente significa una combinación de estilos y épocas a través de una amplia gama de temas, necesita para su conjunto un solo centro de coordinación (o énfasis), un elemento prominente, por ejemplo, una pared o una chimenea.
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